Wednesday, December 21, 2011

Lo truculento

La vida es truculenta, rabiosa, fértil, amarga, dulce... pero sobretodo truculenta.
Uso esa palabra cuando me imagino un laberinto gigante con millones de trampas y escenarios diferentes. Como soy fan de Harry Potter, me imagino el laberinto del Cáliz de Fuego.
Las inseguridades mundanas, el egoísmo y la tortura de querer siempre admirar a alguien mas hacen que el cansancio físico sea una ilusión comparado con el karma que voy acumulando.
Hace dos semanas comencé a ir a una terapeuta que  trabaja con flores de Bach. Esto porqué...
Hace un poco menos de un año fuí infiel lo que me dejó una tremenda evidencia de lo vacía que estoy en cuanto a mis sentimientos. Esto porqué...
Hace 16 años que bloqueé cada situación que pudiera provocarme dolor. Me acostumbré a guardar la pena y la rabia en una mochila. Esto porqué...
Hace 21 años sentí la culpa y la verguenza, cuando alguien debió sostenerme y protegerme de una situación que no se olvida.

Hoy se me cae el pelo. Las vitaminas, las lociones, los shampoo, las inyecciones, los exámenes y las tensiones acumuladas parece que le sacan la lengua, cual placebos, a la verdadera raíz del problema.

Pero... todo esto ha servido para cerrar los ojos y pensar que dentro de mi hay más que órganos y mecanismos biológicos que me permiten vivir. Estoy hecha de pensamientos, sentimientos y lo que se me había olvidado... emociones.

Claro, miro hacia atrás. Me doy cuenta de que este ejercicio no lo hago muy seguido, para huir de los fantasmas y rencores del pasado. Hoy ya no puedo huir más. Afrontarlos parece ser el reto de este momento.

Llorar. Lo que para los demás puede ser un sencillo ajuste según las emociones que sintamos, para mi es un acto difícil que sólo funciona cuando las emociones son positivas.
Cuando el llanto deberia aparecer por situaciones que me adolecen a mi o a mi entorno, las lágrimas escasean. Se me secan los ojos, los labios y la mirada se fija en un punto.
Mi cabeza sólo piensa en salir de ese momento penca, piensa en las palabras a decir, en los consuelos a dar, en salir y escapar del dolor. Pero no llorar.
Para mi había sido sencillo arrancar, "sufro hoy pero no significa que debo pensar en ello mañana".
Alguien me dijo, para ti es muy sencillo olvidar el dolor, pero cuando en el dolor entran otras personas yo no pienso que ellas no olvidarán tán fácil como yo. El día de mañana se vuelve complicado cuando entran los sentimientos de otros. Por eso el egoísmo.

Ser yo es difícil hoy. No siento cansancio físico. Mi lucha mental me agobia. Los temores a ocuparme de los rencores y las culpas me absorven. No me dejan ver la claridad.
No hay inteligencia emocional.

Necesito sentirme libre. Pero que es la libertad finalmente? de qué libertad estoy hablando? qué me amarra, qué me detiene?

Después de todo no puedo renegar tanto de mi Karma. Hoy soy lo que soy, con lo bueno y lo malo gracias a mi historia. Y favorablemente cuando me miro en el espejo por la calle, logro ver a la Karina que me siempre imaginé que sería cuando era chica. Me visualizaba tal cual envase tengo hoy.

Gracias a las flores he tenido sueños inquietantes que removieron mis emociones. Pude llorar, porque el maldito sueño trajo a mi mente recuerdos de situaciones que siempre quise olvidar. Las trajo como si las estuviera viviendo por segunda vez, con la verguenza y el dolor. Los sueños traspasan olores, sentimientos, dolor, felicidad, amor y creo que varias sensaciones más... los sueños también son truculentos.

La vida es truculenta.